Reflexiones pre Europa

Agosto se apaga y han comenzado las últimas eliminatorias de clasificación a la fase de grupos de las competiciones europeas, y como en cada arranque hay una serie de temas muy interesantes para reflexionar.

¿Qué sentido tiene la Conference League?

Cuando se confirmó la creación de una nueva competición europea, los más románticos de la pelota en el continente nos ilusionamos con el regreso de un torneo legendario como la extinta Recopa de Europa, la cual era bonita porque premiaba a los campeones de Copa de las distintas federaciones. Tal cual como los ingleses y los italianos la llamaban, era la copa de los campeones de copa; una justa que, por cierto, a muchos no nos tocó disfrutar, pero que siempre es interesante estudiar por los grandes momentos que dio al fútbol europeo.

Sin embargo, esa vuelta de la Recopa con la que nosotros los ilusos soñamos era algo en realidad muy lejos de las mentes privilegiadas que gobiernan el juego en estas geografías, pues el 2 de diciembre de 2018 se anunció, para el periodo 2021-24, la implementación de la UEFA Conference League, una competición cuya única valía, al margen del dinero repartido por partido ganado y por superar ronda, es la clasificación a la Europa League del próximo ejercicio. Una Copa Intertoto ampliada, para entendernos.

Llegados a este punto, podemos deducir que a las citadas mentes brillantes de UEFA, lejos de la calidad del juego, lo único que les interesa es encontrar la manera de amontonar partidos para ordeñar dinero a través de la repartición de derechos de televisión y sponsors. Sin embargo, habiendo gente a la que ya le cuesta ver no nada más la Europa League, sino incluso muchos partidos de la fase de grupos de la Champions, ¿qué sentido tiene una competición entre equipos de media tabla y campeones y subcampeones de las federaciones menos potentes?   

A ver, entiendo que hay que intentar –vender- que el fútbol sea inclusivo, en este caso que los clubes y las federaciones nacionales con más carencias tengan la posibilidad de jugar una competición europea, pero personalmente no creo que la creación de un espécimen de estas características sea la manera de hacerlo.

¿Quieren de verdad darle participación a todas las federaciones?, entonces vuelvan al sistema clásico de competiciones europeas.

  • Copa de Europa: un cupo –el del campeón- por cada campeonato de Primera División de las 55 afiliadas, la plaza del campeón continental vigente y, si quieren, la plaza del campeón de la Copa UEFA.
  • Copa UEFA: cupos a partir del segundo puesto de cada liga y el número de equipos que correspondan por coeficiente.
  • Recopa de Europa: campeones de Copa y campeón vigente, siempre que no se haya clasificado para la Copa de Europa o la Copa UEFA.

Cualquier otra cosa son eufemismos y demagogia, ganas de vender la moto.  

La erradicación del valor añadido al gol en campo contrario, ¿una decisión sensata?

Este verano conocíamos una noticia trascendental para el devenir de la manera de competir de los equipos, la de la supresión de la regla del valor añadido por los goles en campo contrario en torneos UEFA. Una decisión que generó diversas opiniones después de tantísimo tiempo en el que prevalecieron los tantos de visita como primer criterio de desempate en eliminatorias mano a mano dentro del ámbito europeo.

Sus razones habrán valorado Ceferin y sus amigos para este cambio, pero sinceramente a este servidor no le gusta. Crecí viendo las competiciones europeas con el dramatismo de los goles de visitante y como aficionado viví la tensión que suponía aguantar la portería a cero como local para poder asestar golpes decisivos en campo contrario.

Aquello de que el visitante en el segundo partido tenía, en caso de prórroga, media hora más para desnivelar tenía una solución muy sencilla, y esa no pasaba por erradicar de raíz la regla, simplemente por suprimirla en un eventual tiempo suplementario.

Habrá también quienes digan que los equipos locales en la ida no asumían riesgos con tal de no encajar tantos que pudieran ser determinantes en el signo de la eliminatoria, sin embargo, bajo esa lógica, quién asegura que ahora no serán los visitantes los que metan el bloque bajo a ultranza.

Aquí es bien simple, si un equipo quiere especular va a especular, con goles de visita o no. Basta con estar ganando la eliminatoria para hacerlo, o ni siquiera eso, simplemente si el repliegue intensivo forma parte del modelo de juego del equipo en cuestión, entonces lo va a hacer desde el minuto cero de la ida.

En fin, cada cabeza es un mundo y por lo visto, la del organismo rector del fútbol europeo no comparte esta visión. Yo sólo espero que las demás confederaciones y federaciones tengan criterio propio y no actúen bajo la premisa de que todo lo que dice la “modélica” UEFA va a misa, vamos, que no se dejen llevar por el impulso del copy paste.

El Sheriff, alguacil de la Europa del Este

Desde sus campos eternamente inmersos en la niebla de las bengalas, donde el bajo cero del termómetro lo derrite la bravura de los ultras, hasta la virtud de los grandes fantasistas eslavos, soviéticos y otomanos, el fútbol de la Europa Oriental ha dado momentos de una riqueza enorme a la historia del juego.

Este verano nos trae un episodio de esos que pasará desapercibido por ignorantes, hipócritas de las modas y mainstreamers, pero que vuelve a dejar de manifiesto la grandeza futbolística de la Europa del Este. Se trata de la historia del Sheriff Tiraspol, club que juega en el fútbol moldavo, pero basado en Transnistria, un estado ubicado entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania, mismo que declaró su independencia de Moldavia en septiembre de 1990, pero reconocido únicamente por tres estados no miembros de la ONU.

Fundado en 1997 y propiedad del conglomerado empresarial Sheriff, el Sheriff Tiraspol no ha conocido más que el éxito, ganando 19 ligas moldavas y con un notable progreso en el ámbito europeo, donde ha sido un participante habitual de fases previas de la Champions League y la Europa League, e incluso de fases de grupos de la segunda competición continental, aunque nunca pudo clasificarse a las rondas a knock-out.

Esta temporada y después de haber superado ya tres eliminatorias previas, el equipo dirigido por Yuriy Vernydub se ha posicionado a un paso de la gloria de la Champions, luego de hacer valer los goles de Traoré por duplicado y Kolovos, para vencer 3-0 en la ida del playoff en Transnistria al Dinamo Zagreb. 

Veremos si el cuadro aurinegro es capaz de gestionar su renta en la vuelta en el Stadion Maksimir de Zagreb ante un regular contemporáneo de la Copa de Europa. Si lo consigue, tendrá un mérito espectacular, considerando que la Ley Bosman vino a cargarse la igualdad entre clubes y federaciones, y de eso ya hace 26 años. Antes hablaba de las “ganas” de inclusión de UEFA. Bien, el Sheriff nos demuestra que al elegido no lo eligen, él mismo se elige.   

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